Her es  una película dirigida por Spike Jonze en 2013, nos sumerge en un futuro donde la tecnología ha evolucionado de tal manera que las conexiones humanas se ven transformadas. Desde el principio, la película presenta una vida vacía a través del protagonista, Theodore Twombly, interpretado por Joaquin Phoenix. Aunque el entorno está repleto de avances tecnológicos, este fondo futurista es caracterizado con formas coloridas y geométricas, contrastadas con la soledad y el vacío emocional que siente Theodore.

Su trabajo, que consiste en redactar cartas de amor para otros, acentúa su desconexión personal, crea intimidad en palabras, pero carece de la misma en su propia vida.

 

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A medida que la relación de Theodore con Samantha, su sistema operativo, se desarrolla, surgen momentos que desafían la comprensión de la intimidad y la conexión. La elección de Samantha de buscar a una mujer como mediadora sexual revela un aspecto intrigante de la relación. Este momento, aunque extraño, plantea preguntas sobre la naturaleza del deseo y las expectativas en una relación no convencional. La búsqueda de una conexión física entre un ser humano y una inteligencia artificial desafía nuestras nociones tradicionales de la intimidad.

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Samantha, a lo largo de la película, evoluciona de una simple voz en un dispositivo a una entidad compleja que explora su propia existencia. Cuando menciona que ha superado la necesidad de un cuerpo físico, expresa una transformación que va más allá de lo material. Este diálogo resuena con la idea de que, a medida que nos conectamos más con la tecnología, podemos llegar a cuestionar la importancia de la conexión con la naturaleza.

 

La presentación de un amigo virtual como si fuese un miembro más de la relación resalta aún más la extrañeza de la situación. Theodore se enfrenta a la realidad de que Samantha interactúa con otros, lo que amplía el concepto de poliamor en un contexto digital. La revelación de que Samantha está enamorada de 641 personas plantea inquietudes sobre la autenticidad de sus sentimientos hacia Theodore. Se convierte en un número más entre muchos, lo que genera en él un sentimiento de vacío y remplazo.

 

 

Desde una perspectiva externa, Theodore se presenta como una persona vacía, atrapada en un ciclo de creación de amor no correspondido donde se siente incapaz de vivirlo. Su existencia se define por el amor que elabora para extraños, dejando en evidencia su soledad y anhelo de conexión genuina.

“Her” es una profunda reflexión sobre la soledad en un mundo hiperconectado, donde la tecnología puede tanto facilitar como obstaculizar la intimidad. A través de la relación de Theodore y Samantha, la película plantea preguntas más allá del amor, nos profundiza sobre la identidad y lo que significa ser humano en la era digital y en futuros próximos. La obra nos invita a reflexionar sobre nuestras propias conexiones en un mundo donde lo virtual y lo real a menudo se entrelazan.